Estefanía Padial

No podría determinar el momento exacto en el que empecé a bailar porque recuerdo el baile presente en mi vida desde siempre. Mis inicios fueron esos primeros pasos en casa encima de los pies de mi madre, normalmente en la cocina, y a eso le siguieron las clases de sevillanas, flamenco, danza clásica y escuela bolera, hasta llegar a un curso de chachachá propuesto por una amiga para ir juntas, que luego me llevó a clases de salsa desde hace ya más de 15 años... y sí, sigo formándome porque considero que es imprescindible para mi vida y también para seguir impartiendo clases de baile a los demás.

Siento que cualquier tipo de expresión de arte es liberación y el baile además, te regala compañeros que algunos se transforman en amigos, experiencias, momentos y te ayuda emocionalmente de muchas maneras. Seguramente solo el que baila lo entiende...